“Pequeña Obsesión” muestra la imagen del artista en visiones estereoscópicas de Escher. El complejo de Narciso se transforma en una pregunta sobre las continuas transformaciones del propio cuerpo. La carne sale de su figura, como diría el crítico Deleuze, pero a diferencia de Francis Bacon, ya no está contenida en la superficie pictórica, se transpone fuera de sí misma y se refleja en el espejo. Daniela y su doble aparecen, un retrato reflejado en una superficie que ya no muestra, sino que refleja reverberación de estados de ánimo y ansiedades subterráneas que son difíciles de expresar. Los detalles anatómicos muestran transformaciones imperceptibles de la apariencia, momentos de aceptación pero también de burla del propio cuerpo en el movimiento eterno de deslizarse y salir del Ser de la percepción que uno tiene de la propia imagen.
Escrito por Susanna Horvatovičova.